Hace 16 años, Quim Lorente, uno de los socios fundadores de MIM Habits, sufrió anemia, falta de absorción de proteínas y vitamina B12, debilidad muscular, cansancio, depresión, apatía y pérdida de peso excesiva. Debido a esta situación, decidió comenzar a investigar sobre cómo podía recuperar su salud y mejorar su calidad de vida. Encontró en los buenos hábitos alimenticios la fórmula “mágica” y descubrió el rol fundamental del equilibrio de la microbiota intestinal en la salud. En una cena con Xavi Cortadellas, un emprendedor con un don excepcional para escalar startups innovadoras, ambos decidieron compartir este aprendizaje con el resto del mundo llevando este modelo a la producción de una nueva tipología de alimentos: los alimentos funcionales con capacidades inmunomoduladoras. Pensaron que nuestro cuerpo está diseñado y dedicado a auto sanarse y, por tanto, solo era necesario encontrar la fórmula adecuada para potenciarlo y dejar que sea él quien nos proteja y nos ayude a extender nuestra calidad de vida. Juntos imaginaron un tipo de pan totalmente nuevo que ayudara a sanar el cuerpo desde dentro; un pan que pudiera incorporarse a la rutina cotidiana con el fin de restablecer el equilibrio de la microbiota. En definitiva, un pan desarrollado conjuntamente por los científicos de la Biotech Igen Biolab y nutricionistas, aunando sabiduría tradicional y ciencia moderna. Cuando Pol Tusquets vio el potencial de esta idea, se unió a ellos y el sueño se hizo realidad. De la fusión de tradición, ciencia y tecnología nació MIM, incorporado así los años de investigación en microbiota a alimentos orgánicos, sin aditivos ni conservantes, para poder aportarte en cada bocado las bacterias beneficiosas en las dosis necesarias.